Descripción
En el día de hoy , de Jesús Torbado. La obra arranca de una hipótesis novelesca muy sugestiva: en 1939 la República ha ganado la guerra civil, Azaña y Negrín se han retirado. Besteiro es presidente e Indalescio Prieto jefe del gobierno. El general Franco, con alguno de sus incondicionales como Dávila y Carrero, se refugia en la Cuba del dicatador Batista, mientras sus partidarios andan dispersos por el mundo, unos luchando bajo bandera portuguesa en Anglola, otros, como Queipo, a las órdenes de Hitler; Serrano Suñer en Bolonia traduciendo obras jurídicas, y las primeras figuras de la Falange en Roma.
Sobre la base de esta ficción histórica, cuidadosamente ambientada en la época en que transcurren los hechos, Jesús Torbado imagina, mezclando personajes reales muy conocidos -entre ellos el escritor norteamericano Ernest Hemingway- con otros oscuros personajes de su invención, una posguerra española que a simple vista parece todo lo contrario de lo que fue este período en la realidad, pero el humor y la ironia que presiden el relato subrayan una serie de aspectos paradójicos, que ahondan en una visión histórica ajena a cualquier partidismo. Un estilo muy fluido y ameno, en el que destacan frecuentes guiños maliciosos al lector que aluden a circunstancias de actualidad, contribuye a hacer de esta insólita novela una de las ficciones más vivas y originales a que ha dado pie el inagotable tema de la guerra civil española.
Hijo de maestro nacional, Jesús Torbado nació en León, aunque pasó su infancia en San Pedro de las Dueñas, en la comarca de Tierra de Campos. A los once años ingresa interno en un colegio de dominicos, primero en Corias (Asturias), y después en La Virgen del Camino (León). En 1961 inicia la carrera de Periodismo en la Escuela de la Iglesia de Madrid, pero sin terminar la carrera se marcha a París, viaje y experiencia emblemáticos para la generación nacida tras la Guerra Civil, que busca en el extranjero las referencias que la vida española bajo el franquismo no permitía atisbar. Este viaje es el primero de los innumerables que Jesús Torbado realizó a lo largo de todo el mundo, y que han ido siempre indisolublemente ligados a su trabajo como escritor y periodista.
Su carrera literaria se inicia muy tempranamente. Tras la publicación de algunos cuentos sueltos, el reconocimiento le llega con su primera novela, Las corrupciones, galardonada con el premio Alfaguara en 1965. Concebida como novela de aprendizaje, con un protagonista que evoluciona de la fe ingenua en el mundo a un profundo y escéptico individualismo, es su obra más autobiográfica, nacida al amparo de una conciencia generacional y una experiencia vital que nutre también otros dos libros-reportaje: La Europa de los jóvenes y Jóvenes a la intemperie.
Jesús Torbado se consolida así, desde muy joven, como escritor profesional en una doble vertiente que transcurre paralela. Por un lado, como autor de ficciones narrativas, tanto novelas como cuentos; ésta es una tarea en la que tuvo una dedicación más continuada en las décadas de los sesenta y los setenta, con la publicación de La construcción del odio, Historias de amor, el libro de viajes Tierra mal bautizada, Moira estuvo aquí, En el día de hoy, pero que se ha ido espaciando progresivamente en las décadas siguientes. Por otro, en los últimos años se ha aproximado a la novela histórica en varias ocasiones: Yo, Pablo de Tarso; El peregrino; Héroes apócrifos; El imperio de arena.
En su faceta periodística, ha desarrollado su vida profesional en numerosos medios, entre otros: Geo, Tribuna, Ronda Iberia, Viajar, Manifiesto, Interviú. Jesús Torbado era autor de un periodismo documental y de reportaje que ha tratado tanto la rebelión juvenil de los años sesenta en sus primeras obras —pasando por la peripecia vital de los “topos” (españoles escondidos y reaparecidos años después de la Guerra Civil) junto con el periodista Manuel Leguineche—, como las apariciones marianas y, sobre todo, los viajes, que constituyen su principal actividad vital y de escritura en las últimas décadas.
No es posible, sin embargo, desligar ambas facetas de forma tajante. Ni en sus novelas termina la ficción, ni en sus reportajes comienza la realidad. Un estilo de verbo ágil, el interés por unos mismos temas, un talante crítico desde una visión desengañada, a ratos socarrona, pero también cordial, unifican la labor literaria de este contador de historias. Otras actividades aledañas que ha desarrollado son la de guionista de cine y de programas de televisión, trabajos de documentación diversos, biografías, guías de viaje, etc.
En su rol de novelista y cuentista ha sido destacado con varios galardones. Además del premio Alfaguara 1965
