Descripción
El día de su nacimiento Gustavo está bastante contento. ¡Por fin es alguien! Pronto descubre sin embargo, que nada de lo que tiene es suyo. Según una señora gorda la nariz es de su padre, los ojos de su madre y la boca de su tía Catata. Este será su primer desengaño. Y es que, ya desde la cuna, la vida nos depara sus pequeños sinsabores.